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jueves, 8 de marzo de 2012

El barça golea al Leverkusen


Para Messi no hay trámites. Enfrentarse al Bayer Leverkusen parecía una cuestión menor con la cómoda ventaja conseguida por el Barça en la ida. Pero el argentino, hambriento de fútbol tras perderse el duelo ante el Sporting de Gijón, quiso saciar su apetito a costa del equipo alemán. Y vaya si lo hizo. Nada más y nada menos que cinco goles aportó Leo en una escandalosa goleada (7-1).
Ante la enésima exhibición del crack azulgrana, ni Wayne Rooney pudo evitar elogiarle. "Para mi, es el mejor de todos los tiempos", escribió la estrella del Manchester United en su Twitter. El inglés había quedado maravillado, y no era para menos. Cada nueva diana que conseguía ante el Bayern rompía un récord. Messi es el pichichi de esta Champions con 12 goles (el segundo, Mario Gómez, tiene solo seis). Con 24 años, 'La Pulga' es ya el cuarto máximo goleador de la competición con 49 tantos, empatado con Alfredo Di Stéfano.
Llevaba Leo un año sin marcar en la máxima competición de clubes en el Camp Nou (aunque había disputado únicamente cuatro partidos). Solucionó esta situación por la vía rápida y se queda ya a solo siete chicharros del récord de César como máximo anotador de la historia del Barça. Y todo esto, en un partido considerado de bajo perfil, que apetecía poco, en el que no se esperaban grandes emociones.
Busquets, Xavi, Iniesta y Cesc, cada cual con sus características, cada uno aportando cosas diferentes al equipo, se apoderaron del centro del campo. Bien mezclados, convirtieron al Barça -que se tomó muy en serio el duelo- en una máquina difícil de manejar por el rocoso rival. Las rápidas transiciones defensa-ataque rompieron a un Leverkusen que apostaba por imponer su poderío físico.
Cuando lo necesitó, los azulgrana movieron el balón en corto para superar la presión de los alemanes. Cuando vio la oportunidad, cambió de registro para pasar de su habitual control horizontal al frenesí vertical. Con espacios, Messi se movió como pez en el agua. Sin ellos, también.
Xavi le asistió con un espectacular pase profundo en el primer gol, que el argentino solucionó 'pinchando' el balón por encima de Leno tras una carrera en solitario de 50 metros. Iniesta, excepcional entre líneas, aprovechó el espacio creado por Pedro para dar el pase del segundo tanto, que Messi cerró con un disparo al palo largo. Así se llegaba al descanso, pero lo mejor aun estaba por venir.
Solo se había disputado cuatro minutos del segundo tiempo cuando el mejor jugador del mundo firmó un diana estratosférica, levantando de nuevo la pelota por encima del portero alemán, aunque esta vez con la derecha, su pierna menos buena. Cesc fue quien le regaló el balón al hueco. Messi, el único delantero puro con el que jugó el Barça, el atacante total, marcaba una vez tras otra mientras los centrocampistas cumplían a la perfección su función de asistentes de lujo.
Guardiola, alejadas las dudas, movió el banquillo para dar descanso a algunas de sus piezas más preciadas y que han sufrido físicamente en los últimos meses. Se marcharon pues Xavi e Iniesta para que entraran Keita y el canterano Cristian Tello, que debutaba por fin en la Champions tras varios partidos con el primer equipo.
El futbolista de Sabadell se unió a la fiesta de Leo Messi y puso su nombre con letras de oro en el torneo. Dos toques. Eso fue lo único que necesitó para estrenarse como goleador. El veloz extremo explotó su rapidez para cazar un pase de Cesc y supo tener la pausa necesaria para descubrir el punto flaco de Leno y clavar el esférico en el fondo de las mallas.
El 4-0 parecía suficiente castigo para un Bayer Leverkusen atrevido que corrigió el error de jugar sin delanteros en la ida. El técnico Robin Dutt decidió jugar con dos, Derdiyok y Kiessling, que pasaron totalmente desapercibidos en el Camp Nou. Estaba claro que el conjunto alemán, que venía de vencer 2-0 al Bayern Múnich en la Bundesliga, no acabaría con su racha de 10 años sin ganar un partido de Champions League como visitante.
La fiesta, sin embargo, aun no había terminado. Sometido completamente el contrario, Messi regresó al primer plano para aprovechar un error del joven guardameta rival, un portero con una increíble proyección pero que vivió su peor noche como profesional. Respondió Tello, que nunca quiso poner en duda la grandeza del '10' azulgrana, pero que compitió en protagonismo que Leo. Marcó el extremo aprovechando una nueva ayuda de Bernd Leno.
Con el mundo extasiado por el juego del Barça, 'La Pulga' no quiso marcharse del campo sin ser él quien cerrara la goleada. Un zurdazo desde la frontal fue suficiente para firmar la mejor actuación goleadora de la historia de la Champions League (creada en 1992) y una de las más espectaculares desde que en 1955 se inició la Copa de Europa. Nadie marcaba cinco dianas en la máxima competición europea de clubes desde que Soren Lerby lo consiguió con el Ajax en la campaña 1979/80.
Bellarabi marcó el gol del honor alemán en el descuento, una diana que no deslució el espectáculo de Messi. "¿Lo que ha hecho Leo? Ponerle vosotros el adjetivo, a mí ya se me han acabado todos", dijo Pep Guardiola en su día. No hay forma de describir tanto arte. ¿Cómo se explica la belleza? No se puede. Solo nos queda, pues, seguir disfrutando.

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