A finales de mayo, ambos se marcharon de vacaciones a Nueva York unos días haciendo planes por Manhattan. La esposa del holandés les sacó una foto en el campo de los New York Mets de béisbol. Van Persie la colgó en Twitter, así como otra de Cesc con una camiseta personalizada de los Mets. Al día siguiente vieron desde allí la final de Wembley. Sintieron envidia sana del baño del Barça al Manchester United aunque mucha más Van Persie al saber que Fàbregas acabaría sí o sí en el Camp Nou en verano quedándose él casi solo al frente de un moribundo Arsenal.
Tras el fichaje por el Barça, los intercambios de felicitaciones y bromas en Twitter han sido una constante. En privado, la comunicación ha sido aún más intensa dada la distancia que les separa. Pese a ser casi cuatro años menor, la ascendencia de Fàbregas en Van Persie es muy grande. El holandés siente admiración por el catalán, que se ganó el brazalete de capitán de los 'gunners' con sólo 21 años. Él tuvo que esperar a los 28. Si habla Cesc, Robin escucha y así fue en octubre de 2010 cuando el de Arenys le dio el nombre de Juan Ferrando, su preparador físico personal. Van Persie no dudó y desde entonces tiene otro nexo de unión con el azulgrana dejando archivado un historial de 22 lesiones en seis años.
Aunque disfruta a lo grande en el Barça, Cesc sigue sufriendo con su ex equipo. Anteayer no ocultó en Twitter su anhelo de ver al Arsenal repetir el 0-2 al Milan. No pudo ser y después arremetió contra Robinho: "¿Por qué Robinho celebra solo el gol cuando lo hace todo Ibra? Nunca entenderé eso". Seguro que hubo también una llamadita de apoyo a Van Persie.
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