Es una competencia que a su vez es una motivación para un futbolista que vive su segunda temporada tras regresar al Barça. Cesc ya no está a las órdenes de Pep Guardiola, a quien profesa admiración. "Pep era mi ídolo de infancia, por él llevo el número 4. Cuando llegué al Barça, con 11 años, él era el capitán del primer equipo. Estoy muy orgulloso de que él haya sido mi entrenador".
Pero el presente se escribe con el nombre de Tito Vilanova. Para Fàbregas, no hay ninguna diferencia en cuanto a la línea del equipo. "Hacemos las mismas cosas que con Pep: el entrenamiento, la preparación del partido, el trabajo físico, la táctica. La única diferencia es el modo de expresarse, pero eso es obvio", indicó.
También elogió a Arsène Wenger, el que fuera su entrenador en el Arsenal -"ha sido un maestro para mí, un padre deportivo, me lo ha dado todo", señalo-, aunque valoró que el cambio de Liga ha supuesto un gran reto para él: "Lo que me sorprendió de mi regreso a España fue descubrir que la Liga es más competitiva que la Premier. En Inglaterra es más fácil ganar el título, porque aunque pierdas 5 ó 6 partidos sigues teniendo posibilidades porque hay más competencia en la parte superior".
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