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viernes, 22 de junio de 2012

Del Bosque, en sus "doce"


El seleccionador ha apostado por un bloque con cuajo: un once fijo más Cesc. Este es el análisis de sus futbolistas más utilizados hasta cuartos.
La insistencia de Del Bosque en apostar por un once fijo con Cesc Fábregas como jugador número doce de ese bloque titular de la Selección ha sido casi directamente proporcional a su obsesión por ensalzar el papel de los inéditos en esta Eurocopa. El seleccionador defiende que en los tres partidos de fase de grupos hubo, más allá de los debates, siempre un 9 referencia (Cesc, Torres o Silva), pero ante todo se ha mantenido en sus doce sin hacer ningún tipo de experimentos.
De hecho, la Rojigualda es la tercera selección por detrás de Alemania y Portugal que menos jugadores ha utilizado (16) para clasificarse a los cuartos de final. Para Del Bosque es fundamental que el equipo tenga lo que él denomina cuajo, es decir, nada de probaturas, ni cambios de sistema en esta fase final tan exigente, pero a la vez tan breve. Un bloque fijo, con sentido de equipo y equilibrio, un once (en este caso doce) firme para una España con aguante, paciencia, resistencia.
Del Bosque tiene en la portería al estandarte de una Selección en la que demuestra su jerarquía con actuaciones decisivas. "El liderazgo de Casillas es fantástico", dice el seleccionador, satisfecho del rendimiento de una zaga remodelada. Los dos laterales, Arbeloa y Jordi Alba, han crecido en la Eurocopa. El zurdo ha hecho olvidar al Capdevila, “es el idóneo”, observa el técnico salmantino que no duda un ápice de las prestaciones y oficio táctico del lateral más discutido: "No hay uno mejor".
Un reconocimiento que extiende a los dos centrales, Piqué y Sergio Ramos. En ausencia de Puyol, han asumido galones en la campeona ofreciendo absolutas garantías y estrechando lazos tras la erosión derivada del choque Madrid-Barça.
El mediocampo de España es inamovible para el estilo de la Selección. La apuesta por Busquets y Xabi Alonso resulta clave, Del Bosque los considera compatibles, necesarios e insustituibles y con un afán de sacrificio por el resto. Situación similar ocurre con Xavi, el gestor del tiqui-taca que significa todo en la Selección por su decisión y capacidad.
Los recursos de esta Selección campeona del mundo y Europa se multiplican con Iniesta, al que ha llegado a comparar con Messi o Federer, dos superclases, y cuya férrea vigilancia en el torneo es la constatación de su trascendencia. Como la de Silva, damnificado en el Mundial pero con peso específico en el once donde Torres es el 9 por delante de los otros dos arietes y compartiendo labor con Cesc, reivindicativo y tan titular que podría serlo ante Francia.

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