Obviamente, es hacer ciencia ficción y no se puede establecer una ecuación directa de lo que habría sido el Barça sin los 63 goles y las 27 asistencias que lleva Leo Messi esta temporada.
Sin embargo, la incidencia del argentino en el devenir del equipo azulgrana es tan estratosférica que en ocasiones puede haber resultado algo perjudicial al convertir lo extraordinario en cotidiano y esperar que siempre aparezca en el momento de la verdad.
Messi suele hacer cosas más propias de un extraterrestre pero es humano y a veces falla. Además del pase a Iniesta en el 2-0, su penalti al larguero, un poste, un remate al lateral de la red y otro que paró Petr Cech resumen su aportación ante el Chelsea. No bastó pero si el Barça llegó a 'semis' de la Champions y a jugarse la Liga en el último clásico fue en grandísima parte gracias al argentino.
Sin sus dos penaltis convertidos ante el Milan en cuartos, el Barça llevaría ya tres semanas fuera de Europa y sin sus 18 goles en 10 jornadas consecutivas de Liga desde el 3-2 encajado en Pamplona no se habría reducido a cuatro puntos la desventaja con el Madrid hasta el sábado pasado.
Decisivo en la Supercopa española con tres goles y dos asistencia y en la europea con un tanto y otro pase, un Leo resolutivo es sinónimo de títulos. Del primero al último, Messi ha intervenido de forma decisiva en todos y cada uno de los 13 trofeos alzados en la 'era Guardiola'.
Ha marcado en 9 de las 11 finales con Pep. Sólo faltó a la cita en la Supercopa de Europa ante el Shakhtar de 2009 (sí dio el 1-0 a Pedro) y en la final de Copa de 2011 contra el Madrid. Volverá.
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