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martes, 27 de diciembre de 2011
La vida de Cesc en Barcelona
Cesc Fàbregas volverá a disfrutar de una Navidad en casa ocho años después de haber iniciado su largo paréntesis por Inglaterra, donde dio un salto de calidad en su carrera futbolística en las filas del Arsenal. Sus ocho años en Londres aceleraron su madurez tanto personal como futbolística. Aprendió y disfrutó mucho y volver a casa a priori no resultaba tan sencillo como podía parecer superficialmente.
Cesc estaba muy arraigado a su vida londinense, con unos hábitos y una cultura futbolística diferente a la de Barcelona. El vértigo era inevitable, pero lo ha superado con una adaptación fulgurante. Iniciará el 2012 con un sentimiento de felicidad absoluto. Todo le ha salido redondo y espera que el nuevo año le siga reportando alegría y muchos títulos con el Barça.
Esta Navidad, a diferencia de las anteriores, no será necesario que su abuela le traiga la `carn d¿olla¿ y la sopa de `galets¿ desde Arenys. La familia siempre estuvo a su lado durante las fiestas, cuando debía quedarse en Londres para seguir disputando partidos de la Premier League. Las personas más queridas se desplazaban a la capital inglesa, pasaban los días señalados a su lado y aprovechaban para ir juntos al teatro o pasear por la City. Ahora no será necesaria esta movilización. Cesc será uno más en las comidas navideñas, igual que cuando era niño.
El jugador acudirá a Arenys para visitar a su familia, aunque ha decidido instalarse de forma definitiva en Barcelona para estar cerca de la Ciutat Esportiva y el Camp Nou. El fútbol es su prioridad y el trabajo fue el factor que pesó más en su decisión. En principio, Cesc se acomodó en el Hotel Juan Carlos I. Disponía de una `suite¿ con todas las facilidades, pero como en casa no se está en ningún sitio. David Villa e Ibrahim Afellay también se instalaron en una `suite¿ parecida cuando llegaron a Barcelona y en todos los casos, Guardiola les dio el mismo consejo. Pep recomendó a Cesc, como antes hizo con los otros fichajes, que buscarán un domicilio propio. Un hotel nunca aporta el mismo grado de comodidad y privacidad que una casa. Y después de una larga búsqueda, Fàbregas ya ha estrenado su nuevo piso en Barcelona. La situación era primordial. El Camp Nou y la Ciutat Esportiva estarán a pocos minutos en coche, por lo que podrá llegar pronto a casa para descansar después de partidos y entrenamientos.
Uno de los temores que tenía Cesc en Barcelona era perder la tranquilidad que disponen los futbolistas en Inglaterra, donde apenas son abordados por la calle. Sin embargo, el jugador ha sentido un gran respeto por parte de los aficionados en todo momento. Ello le permite disfrutar de la ciudad cuando el tiempo libre se lo permite. El Paseo de Gracia es uno de sus rincones preferidos. Allí se encuentran dos de sus restaurantes preferidos, un japonés y otro de pasta, donde acude a menudo. En Londres se convirtió en un fan del `sushi¿ y en Barcelona continúa degustando esta especialidad.
Salir de vez en cuando es necesario, si bien Fàbregas se ha pasado muchas horas en la habitación del hotel. El descanso es sagrado para su preparación.
Su marcha a Londres a los 16 años cambió radicalmente su vida. Tuvo que aprender inglés a marchas forzadas para entenderse con su casera Noreen y los compañeros de equipo, aunque Philippe Senderos, de origen español, le tiraba un cable con el castellano. Cuando fue mayor de edad ya buscó una casa propia y se fue a vivir a Enfield, a las afueras de Londres.
Más tarde se trasladó más hacia el centro y adquirió una vivienda en Hampstead, en el norte de la City, donde ha residido los últimos años. Cesc no ha querido desvincularse de una ciudad que siente como propia. Ha alquilado su casa de Hampstead, pero todavía mantiene la propiedad, igual que la de Enfield. Aunque su vida vuelve a tener su epicentro en Catalunya, Londres estará de forma eterna en su corazón.
El apretado calendario del Barça y la necesidad de ser escrupuloso con los entrenamientos y el descanso le han impedido viajar mucho a Londres. Solo lo ha podido hacer en un par de ocasiones. La primera cuando se lesionó a principios de temporada y, recientemente, cuando Guardiola les dio dos días de descanso antes de afrontar el clásico.
Cesc tenía en la cabeza dar una sorpresa a sus antiguos compañeros del Arsenal y a Arsène Wenger, al que todavía denomina `mister¿, y finalmente pudo hacerlo. Fàbregas es culé de cuna y `gunner¿ de adopción. Mira todos los partidos del Arsenal por televisión o internet y está en permanente contacto con sus ex compañeros. Solo le falta volver al Emirates y quizá pueda hacerlo en la presente edición de la Champions si el azar vuelve a emparejar a los ingleses con el Barça. Su respuesta cuando se le pregunta por esta posibilidad, no puede ser siempre más elegante. “Ojalá que no. El Arsenal es uno de los mejores equipos de Europa y sería muy difícil eliminarles”. Respuesta impecable, pero también sincera. Cesc está convencido de que el Arsenal tiene potencial para derrotar a cualquiera en una eliminatoria europea, como ha demostrado en la liguilla de la Champions encabezando un grupo muy duro en el que figuraban el Olympique de Marsella, Olympiacos y Borussia Dortmund.
El Arsenal será una referencia siempre para Cesc, aunque su realidad está en el Barça. En el vestuario no ha tenido ninguna dificultad para encajar. Evidentemente, su ventaja era conocer y compartir amistad con el núcleo duro de canteranos.
Dentro de los grupos de trabajo en los que se divide el equipo con los planes específicos que sigue cada jugador, Cesc quedó encuadrado en el de Emili Ricart. Otros jugadores nacionales, como Xavi o Iniesta, también tienen su trabajo supervisado por Ricart, quien enseñó a Cesc sus métodos de recuperación durante la lesión. El futbolista conoció de primera mano los paisajes de La Mola, la montaña del Vallés donde los jugadores pueden andar y empezar a correr en un marco mucho más relajado que el de la Ciutat Esportiva o el Camp Nou.
Los recuperadores del Barça están cuidando al máximo al de Arenys después del calvario de lesiones por el que pasó en su último año en el Arsenal y solo ha sufrido un percance de poca importancia en estos cuatro meses. Un buen descanso, una alimentación sana y algunos métodos propios del equipo, como la recuperación con aguas, le están sentando de maravilla.
Este plan específico le ha dejado poco tiempo para acudir a su Arenys natal. Solo puede hacerlo los domingos libres o después de los entrenamientos del fin de semana. La prioridad era integrarse plenamente al equipo y a Barcelona.
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