Ocho partidos de Liga y ocho titularidades. La confianza de Tito Vilanova en Cesc Fàbregas es total, como ayer volvió a demostrar cinco días después de fallar un penalti en el Vicente Calderón contra Francia. El de Arenys formó pareja en la media con Andrés Iniesta por delante de Sergio Busquets, muy cerca de Leo Messi. En su hábitat preferido, explotó su faceta como asistente ante una defensa rota y muy mal organizada sirviendo tres asistencias de gol, su récord como azulgrana.
Fàbregas inició su recital como pasador habilitando a Jordi Alba en el primer gol, regaló el 0-3 a Messi superado el cuarto de hora y volvió a dejar con ventaja a Leo al filo del descanso para que el argentino metiera el provisional 2-4. Sin embargo, Cesc, que lleva ya cuatro asistencias esta temporada (también dio un gol a David Villa en Getafe), fue uno de los sacrificados de Vilanova cuando el Barça se quedó en inferioridad por la roja a Javier Mascherano. Tito apostó por Xavi como relevo de Fàbregas cuando aún había media hora por delante con el objetivo de retener el balón y sepultar los intentos de remontada del Deportivo. Cesc también fue sustituido en el Clásico liguero contra el Real Madrid.
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